Antes de comenzar cualquier operación de soldadura, el bisel del extremo de la tubería debe precalentarse a una temperatura de al menos 150 ° C (302 ° F) para evitar defectos como grietas y falta de fusión en la unión soldada.
Para ello se aconseja utilizar tanto el calentamiento por inducción como el
calentamiento por resistencia. El calentamiento por inducción es el método más
eficiente para un calentamiento rápido y repetido, como en el caso de la
construcción de ductos, mientras que el calentamiento por resistencia es
adecuado para juntas pequeñas.
También se requiere precalentamiento para la aplicación de materiales aislantes
térmicos y termorretráctiles (“mantas”) en la superficie sin revestir de la
unión soldada de las tuberías. Con el uso de inductores (bobinas)
específicamente diseñados, el calentamiento por inducción es el método más
recomendable para este tipo de aplicaciones de recubrimiento, gracias a su
rendimiento, ya que es fácil de controlar y evita la oxidación de la junta que
ya fue arenada.
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